¿Qué es el malware?
El término malware proviene de la abreviación de “malicious software” o “software malicioso”. Se refiere a cualquier tipo de programa o código diseñado con el propósito de dañar, infiltrarse, robar información o comprometer el funcionamiento normal de un sistema informático. El malware puede operar en segundo plano sin que el usuario lo perciba, comprometiendo seriamente su seguridad y privacidad.

¿Para qué se utiliza?
Los ciberdelincuentes utilizan el malware para:
- Robar información confidencial (contraseñas, documentos, datos bancarios).
- Espiar la actividad del usuario.
- Secuestrar dispositivos o archivos para pedir un rescate (ransomware).
- Utilizar los recursos del equipo infectado para ataques a terceros (botnets).
- Instalar software adicional sin consentimiento (adware, spyware).
Principales tipos de malware
- Virus: Se adjunta a archivos legítimos y se propaga al ejecutarlos. Puede destruir datos o afectar al sistema.
- Troyano: Se disfraza de programa útil o legítimo, pero otorga al atacante acceso remoto al sistema.
- Ransomware: Cifra los archivos del usuario y exige un pago para restaurarlos.
- Spyware: Registra la actividad del usuario sin su conocimiento (teclado, sitios visitados, contraseñas).
- Adware: Muestra publicidad no deseada y puede redirigir al usuario a sitios maliciosos.
- Rootkits: Se ocultan en el sistema para permitir el acceso continuo del atacante sin ser detectados.
- Worms (gusanos): Se replican por sí mismos a través de redes, sin necesidad de intervención del usuario.
¿Cómo se propaga el malware?
- Archivos adjuntos en correos electrónicos fraudulentos.
- Descargas de programas pirata o de fuentes no confiables.
- Enlaces maliciosos en páginas web o redes sociales.
- Dispositivos externos infectados (pendrives, discos duros).
- Sitios web comprometidos o falsificados.
Consejos para protegerte del malware
- Mantén tu sistema operativo y programas actualizados.
- Instala y actualiza periódicamente un buen antivirus o antimalware.
- No descargues software de páginas desconocidas o poco confiables.
- Evita abrir archivos adjuntos sospechosos o enlaces desconocidos.
- Realiza copias de seguridad con regularidad para proteger tus archivos.
- Utiliza un cortafuegos (firewall) para limitar conexiones no autorizadas.